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En esa atmósfera tensa, se llega al 14 de febrero de 1879; temprano en la mañana, cuando se iba a comenzar el remate de las instalaciones, de improviso el “Blanco Encalada” disparó su artillería, saludando la presencia en la bahía de Antofagasta del acorazado “Cochrane” y de la corbeta “O'Higgins”.
Del “Cochrane”, se desprendió una lancha que se dirigió a la playa de Antofagasta, llevando al capitán José Manuel Borgoño en calidad de parlamentario ante las autoridades bolivianas. En el muelle ya lo esperaba el Cónsul de Chile en Antofagasta, Nicanor Zenteno.
La presencia de Nicanor Zenteno en el muelle no era casual, días antes y en forma totalmente secreta, había recibido del Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alejandro Fierro, una comunicación fechada en Valparaíso el 12 de febrero y en ella le decía:
En pocas horas más el litoral que nos pertenecía antes de 1866, será ocupado por fuerzas de mar y tierra de la república y V.S. asumirá el cargo de Gobernador Político y Civil de ese territorio. En el desempeño de estas delicadas funciones recomiendo a V.S., que no omita diligencia para que las personas e intereses de todos los habitantes de ese litoral sean respetados y garantidos, como sucede bajo el imperio de nuestras leyes, a fin de evitar reclamaciones de cualquier género que sean y, hacer, en cuanto sea posible, simpática nuestra administración aún a los mismos bolivianos allí residentes
Del “Cochrane”, se desprendió una lancha que se dirigió a la playa de Antofagasta, llevando al capitán José Manuel Borgoño en calidad de parlamentario ante las autoridades bolivianas. En el muelle ya lo esperaba el Cónsul de Chile en Antofagasta, Nicanor Zenteno.
La presencia de Nicanor Zenteno en el muelle no era casual, días antes y en forma totalmente secreta, había recibido del Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alejandro Fierro, una comunicación fechada en Valparaíso el 12 de febrero y en ella le decía:
En pocas horas más el litoral que nos pertenecía antes de 1866, será ocupado por fuerzas de mar y tierra de la república y V.S. asumirá el cargo de Gobernador Político y Civil de ese territorio. En el desempeño de estas delicadas funciones recomiendo a V.S., que no omita diligencia para que las personas e intereses de todos los habitantes de ese litoral sean respetados y garantidos, como sucede bajo el imperio de nuestras leyes, a fin de evitar reclamaciones de cualquier género que sean y, hacer, en cuanto sea posible, simpática nuestra administración aún a los mismos bolivianos allí residentes
Así, orquestados lo sucesos, éstos se comenzaron a desarrollar aquella mañana. La comitiva de soldados chilenos al mando del capitán Borgoño y del Cónsul de Chile en Antofagasta, señor Zenteno, se dirigieron a la Prefectura donde fueron recibidos por Severino Zapata. El capitán Borgoña, le entrega la notificación chilena redactada por el coronel Sotomayor, que decía:
Antofagasta, febrero 14 de 1879
Señor Prefecto:Considerando el Gobierno de Chile, considerando roto por parte de Bolivia el Tratado de 1873, me ordena tomar posesión con las fuerzas de mi mando del territorio comprendido en el grado 23. A fin de evitar todo accidente desgraciado espero que usted tomará todas las medidas necesarias para que nuestra posesión sea pacífica, contando usted con todas las garantías necesarias como asimismo sus connacionales. Dios guarde a usted.
Emilio Sotomayor. Comandante de las Fuerzas Expedicionarias de Chile.
Entregada la misiva, el capitán de Artillería de Marina don José Manuel Borgoño, retornó al “Cochrane”; inmediatamente después comenzó el desembarco de una Compañía del Regimiento de Artillería de Marina y una Compañía del 1º de Línea. En forma simultánea a las maniobras de desembarco, soldados del 2º de Línea transbordaron a la corbeta “O´Higgins” y al acorazado “Blanco Encalada”. El plan era que, mientras el “Cochrane” protegía el desembarco chileno en Antofagasta, la “O´Higgins” debería tomar posesión de Mejillones, mientras que el “Blanco Encalada”, haría lo propio en Tocopilla y Cobija.
El desembarco chileno en Antofagasta, se desarrolló sin contratiempos; los soldados chilenos llegaron a la playa sin ser molestados. Las tropas bolivianas, seguían atrincheradas en el local de la Prefectura del departamento de Cobija o Lamar. Ya la tropa de asalto chilena en la playa e incluso desembarcado el mismo coronel Sotomayor, recibe éste la respuesta del Prefecto Severino Zapata, que decía:
Mandado por mi Gobierno a ocupar la Prefectura del Departamento, sólo podré salir, de él por la fuerza. Puede Usted emplear ésta, que encontrará ciudadanos desarmados, pero dispuestos al sacrificio y al martirio. No hay fuerzas con que poder contrarrestar a los tres vapores blindados chilenos, pero no abandonaremos este puerto sino cuando se consume la invasión armada.
Severino Zapata. Prefecto del Departamento de Cobija
El coronel Sotomayor no tenía intenciones de usar la fuerza, ya que sus órdenes eran terminantes: “la ocupación de los territorios comprendidos entre los paralelos 23 y 24, tenía que ser pacífica, dando a las autoridades bolivianas todas las facilidades para abandonarlo”. Así se lo hizo saber al Prefecto boliviano. Se le hizo saber también a Zapata, que debía entregar las armas a la guarnición chilena desembarcada y que se le permitía a él permanecer en la Prefectura hasta el día 16, en que se embarcaría en un vapor que hacía la carrera hacia el Perú.
La siguiente preocupación del coronel Sotomayor, fue tomar las providencias del caso, en el supuesto de una reacción boliviana procedente de Calama y del desierto, con tal finalidad envió al capitán Francisco Carvallo con setenta artilleros de Marina hacia Salar del Carmen y Caracoles.
El coronel Sotomayor, dejó salir de Antofagasta a la pequeña guarnición boliviana desarmada quienes se dirigieron a Cobija, mientras que el Prefecto Severino Zapata, se asilaba en el consulado peruano, no sin antes enviar avisar al coronel Cabrera en Calama, del desembarco chileno en Antofagasta quien preparaba la defensa para hacer frente a los invasores.
El día 16 de febrero, pasó por Antofagasta el vapor “Colombia” y ahí se embarcó rumbo a Arica el Prefecto del Departamento de Cobija, Severino Zapata.
El 26 de febrero llega la noticia a La Paz de la ocupación de Antofagasta mediante correo expreso desde Tacna.
El 21 de marzo Chile invade Cobija y el 22 de marzo Tocopilla. Ambos poblados estaban al norte del parelelo 23 y eran definitivamente territorio boliviano que no estaba en disputa.
Antofagasta, febrero 14 de 1879
Señor Prefecto:Considerando el Gobierno de Chile, considerando roto por parte de Bolivia el Tratado de 1873, me ordena tomar posesión con las fuerzas de mi mando del territorio comprendido en el grado 23. A fin de evitar todo accidente desgraciado espero que usted tomará todas las medidas necesarias para que nuestra posesión sea pacífica, contando usted con todas las garantías necesarias como asimismo sus connacionales. Dios guarde a usted.
Emilio Sotomayor. Comandante de las Fuerzas Expedicionarias de Chile.
Entregada la misiva, el capitán de Artillería de Marina don José Manuel Borgoño, retornó al “Cochrane”; inmediatamente después comenzó el desembarco de una Compañía del Regimiento de Artillería de Marina y una Compañía del 1º de Línea. En forma simultánea a las maniobras de desembarco, soldados del 2º de Línea transbordaron a la corbeta “O´Higgins” y al acorazado “Blanco Encalada”. El plan era que, mientras el “Cochrane” protegía el desembarco chileno en Antofagasta, la “O´Higgins” debería tomar posesión de Mejillones, mientras que el “Blanco Encalada”, haría lo propio en Tocopilla y Cobija.
El desembarco chileno en Antofagasta, se desarrolló sin contratiempos; los soldados chilenos llegaron a la playa sin ser molestados. Las tropas bolivianas, seguían atrincheradas en el local de la Prefectura del departamento de Cobija o Lamar. Ya la tropa de asalto chilena en la playa e incluso desembarcado el mismo coronel Sotomayor, recibe éste la respuesta del Prefecto Severino Zapata, que decía:
Mandado por mi Gobierno a ocupar la Prefectura del Departamento, sólo podré salir, de él por la fuerza. Puede Usted emplear ésta, que encontrará ciudadanos desarmados, pero dispuestos al sacrificio y al martirio. No hay fuerzas con que poder contrarrestar a los tres vapores blindados chilenos, pero no abandonaremos este puerto sino cuando se consume la invasión armada.
Severino Zapata. Prefecto del Departamento de Cobija
El coronel Sotomayor no tenía intenciones de usar la fuerza, ya que sus órdenes eran terminantes: “la ocupación de los territorios comprendidos entre los paralelos 23 y 24, tenía que ser pacífica, dando a las autoridades bolivianas todas las facilidades para abandonarlo”. Así se lo hizo saber al Prefecto boliviano. Se le hizo saber también a Zapata, que debía entregar las armas a la guarnición chilena desembarcada y que se le permitía a él permanecer en la Prefectura hasta el día 16, en que se embarcaría en un vapor que hacía la carrera hacia el Perú.
La siguiente preocupación del coronel Sotomayor, fue tomar las providencias del caso, en el supuesto de una reacción boliviana procedente de Calama y del desierto, con tal finalidad envió al capitán Francisco Carvallo con setenta artilleros de Marina hacia Salar del Carmen y Caracoles.
El coronel Sotomayor, dejó salir de Antofagasta a la pequeña guarnición boliviana desarmada quienes se dirigieron a Cobija, mientras que el Prefecto Severino Zapata, se asilaba en el consulado peruano, no sin antes enviar avisar al coronel Cabrera en Calama, del desembarco chileno en Antofagasta quien preparaba la defensa para hacer frente a los invasores.
El día 16 de febrero, pasó por Antofagasta el vapor “Colombia” y ahí se embarcó rumbo a Arica el Prefecto del Departamento de Cobija, Severino Zapata.
El 26 de febrero llega la noticia a La Paz de la ocupación de Antofagasta mediante correo expreso desde Tacna.
El 21 de marzo Chile invade Cobija y el 22 de marzo Tocopilla. Ambos poblados estaban al norte del parelelo 23 y eran definitivamente territorio boliviano que no estaba en disputa.
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