La reforma luterana estaba creando una escisión no sólo religiosa, sino también política en el seno del Sacro Imperio Romano Germánico. Los opositores al emperador Carlos V formaron la Liga de Esmalcalda y desafiaron la autoridad imperial. Carlos y su hermano el archiduque Fernando (futuro emperador) se unieron para combatir contra la Liga. Por razones no confesionales, sino estratégicas, contaron con el apoyo del protestante duque Mauricio de Sajonia. Las tropas de los Habsburgo estaban compuestas por 8.000 veteranos de los tercios españoles compuestas por el Tercio de Hungría, con 2.800 infantes a las órdenes del maestro de campo Álvaro de Sande; el Tercio de Lombardía, con 3.000 hombres gobernados por Rodrigo de Arce, y el Tercio de Nápoles, con poco más de dos mil soldados, dirigido por Alonso Vivas a las órdenes del duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, 16.000 lansquenetes alemanes, 10.000 italianos comandados por Octavio Farnesio y otros 5.000 belgas y flamencos capitaneados por el conde de Buren, Maximiliano de Egmont. En total, 44.000 soldados de infantería a los que hay que añadir otros 7.000 de caballería. La Liga contaba con una fuerza similar comandada por Juan Federico, el elector de Sajonia, y por Felipe el Magnánimo, el landgrave de Hesse.Las tropas de la Liga estaban acampadas a orillas del río Elba, en las proximidades de la actual localidad de Mühlberg an der Elbe, hoy perteneciente al estado alemán de Brandeburgo y en aquella época al de Sajonia. Habían destruido los puentes que comunicaban con la otra orilla y se consideraban protegidas por el caudaloso río, cuya barrera les parecía infranqueable. Mas no era así; el ejército imperial averiguó el emplazamiento del enemigo y antes de la madrugada del 24 de abril de 1547, aprovechando la nocturnidad, la audacia de algunos arcabuceros españoles como Cristóbal de Mondragón, que cruzaron el río a nado, la eficacia de los pontoneros imperiales y el arrojo de los tercios españoles enardecidos por el emperador, se abalanzaron por sorpresa sobre el desprevenido ejército protestante que, en su intento de ponerse a salvo con la huida, fue aniquilado, mientras que sus jefes, Juan Federico y Felipe I de Hesse, eran apresados.
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