Cristóbal Colón y su tripulación llegan a las tierras de América.


Entre el 11 y el 12 de octubre Colón sostiene que es el primero en divisar “las tierras asiáticas”, quitándole el honor y la recompensa al marinero de La Pinta Juan Rodríguez Bermejo.
El famoso grito de Triana se produce el día 13 (número de mala suerte) el que es cambiado convenientemente por el día 12 que es cuando se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Pilar. Para entonces se encontraban frente a las costas del islote llamado Guanahani (Bahamas) al que Colón rebautizó llamándolo San Salvador.
Ni Cristóbal, ni su tripulación, ni los reyes tenían la menor idea de haber descubierto un nuevo continente, creían estar en Asia…
Colón dice y escribe: “…son la mejor gente del mundo…y sobre todo la más amable…no conocen el mal, siempre riendo…serían buenos sirvientes, con cincuenta hombres podríamos dominarlos y obligarlos a hacer lo que quisiéramos…” Hablaba así de los Arahuacos, habitantes originarios que no conocían las armas, el dinero, el trabajo forzado ni las jerarquías de poder dominante.
El Almirante continuó su viaje y llegó a la gran isla de Cuba, a la que llamó Juana, y a Haití a la que nombró La Española. Fundando ahí mismo, con los restos del naufragio de la Santa María, el primer asentamiento español en tierras americanas: el Fuerte de Natividad, dejando allí a treinta hombres. Trasladando a América (llamada así por el navegante florentino Américo Vespucio) toda la intolerancia y el poder español “…de los moros y judíos, se pasó a los salvajes…” que fueron esclavizados. Hasta el mismo Colón cortaba sus manos si desobedecían, además de ser vejados y perseguidos por perros. Recluidos y horrorizados, los nativos se quitaban la vida “tomando el veneno de la mandioca…”
Durante las dos décadas siguientes se extrajeron de esta zona aproximadamente 15.000 kilos de oro, justificando la invasión y expansión de la nación conquistadora; siendo que el oro no tenía validez alguna para nuestros aborígenes. “En las dos primeras semanas de anotaciones en el famoso diario de abordo, hay una palabra que se repite setenta y cinco veces: oro”.
Colón, a su regreso, recala primero en Lisboa donde es recibido por el Rey de Portugal, quien le exige las tierras descubiertas para la corona… Éste logra escaparse y llega por fin al puerto de Palos a bordo de La Niña el 15 de marzo de 1493, las nuevas tierras serían llamadas: Indias Occidentales.

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